Muchas
veces salimos a la calle con nuestro perro sin ser conscientes de los peligros
que le acechan en esta época del año.
Dos de los
PELIGROS PRIMAVERALES más comunes para los perros y que parecen más inofensivos son las
espigas y las orugas procesionarias.
Leyendo el
siguiente artículo aprenderás como ahorrarselos así
como evitar visitas al veterinario y “vaciadas-de-bolsillo” innecesarias en épocas de crisi.
Lo primero
a tener en cuenta:
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Espigas primaverales |
¡ESPIGAS!
Esta planta
crece con mucha facilidad en toda España en esta época del año (clima seco).
Está en la
mayoría de parques y bosques del país y aunque parezca inofensiva puede
producir fácilmente lesiones graves a tu perro.
¿Qué
peligro tienen?
Las espigas
tienen una forma afilada que se adapta a cualquier ángulo y que puede
avanzar por todos tipo de conductos naturales del cuerpo de un perro. Los más
comunes son los orificios de la nariz, de la oreja, bajo los párpados y en la
pata en los espacios interdigitales.
Una vez la planta entra en un orificio, por ejemplo por
simple aspiración cuando el perro lo huele y le entra en la nariz, no hay quien la
haga salir. Su forma de paraguas está hecha expresamente para progresar por los
conductos y no poder ir hacia atrás.
Las consecuencias de esto pueden ser:
En la nariz: perforaciones, infecciones.
En las orejas: perforación del tímpano, otitis.
En los ojos: erosión e inflamación de la cornea, queratitis
y problemas internos del globo ocular.
En las patas, axilas y tronco del animal (sobretodo si es
peludo): abscesos con pus.
¿Cómo
evitarlo?
La mejor
opción es evitar pasear al perro en lugares donde esta planta se reproduce con
facilidad.
En caso de no poder evitarla (porque suele estar en todos sitios), evitar que el perro se acerque mucho a ellas, evitar que las huela y una vez terminado el paseo inspeccionar al animal en busca de espigas que puedan haberse quedado pegadas a su pelo, en los espacios interdigitales o cerca de sus orejas.
En caso de no poder evitarla (porque suele estar en todos sitios), evitar que el perro se acerque mucho a ellas, evitar que las huela y una vez terminado el paseo inspeccionar al animal en busca de espigas que puedan haberse quedado pegadas a su pelo, en los espacios interdigitales o cerca de sus orejas.
¿Qué
hacer si le encuentro una espiga o no para de estornudar?
Si la espiga aún no
se ha adentrado en ningún conducto, debe quitarse de inmediato, pero si ya ha empezado a
adentrarse, no intentar quitarla porque podría ser peor para el animal debido a
su forma de “paraguas”. En este caso debe llevarse el perro al veterinario y
que el profesional decida.
Para más información
visita: http://guiam.es/peligros-accidentes-perro-espigas.html
¡ORUGAS!
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Orugas procesionarias |
¡Mucho cuidado
con las orugas procesionarias!
De
encontrarse con ellas durante el paseo con el perro se debe evitarlas a toda costa
puesto que las encuentran curiosas y tienden a querer jugar con
ellas, lamerlas o darles un mordisco.
Las zonas a evitar son sobretodo aquellas donde haya pinos.
Las consecuencias pueden ser:
Una
inflamación del morro y de la parte interior de la boca así como la lengua.
De no
cogerse a tiempo puede suponer la perdida de parte de tejido, parte de la
lengua e incluso en casos extremos la muerte del animal por asfixia al inflamarse las vías
respiratorias hasta quedar cerradas.
Perro afectado por el contacto con una oruga |
¿Qué
hacer si mi perro tiene algun contacto con una oruga procesionaria?
Generalmente
empezará a estornudar, salivar mucho o fregarse el morro con las patas.
¡Debe
llevarse de inmediato a un veterinario!
Para más información
osbre las orugas procesionarias visita: http://guiam.es/cuidados-basicos-adulto-perro-orugas-procesionarias.html
Y para más
información sobre los peligros a los que están expuestos los perros tanto en
primavera/verano como en otras épocas del año puedes visitar: http://guiam.es/peligros-accidentes-perro.html.
¡¡Su perro
se lo agradecerá!!